LA TEMIBLE PERIOSTITIS TIBIAL ¿COMO ATENDERLA?

- en Salud

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Al correr impactamos sobre el suelo y se producen una serie de vibraciones, que son absorbidas por el hueso. Esta absorción de vibraciones se realiza en el periostio, que es una membrana fibrosa y vascularizada, la cual nutre y da sensibilidad al hueso. Dichos impactos y vibraciones provocan que el hueso pueda reaccionar de diversas formas.

Lo que origina una reacción de estrés o una fisura o fractura por stress. Cuando se produce una reacción por stress, se producen daños microscópicos en el periostio de la tibia, lo que causa una periostitis tibial que es una de las lesiones severas para cualquier corredor o corredora.

Lo que es importante tratarse la periostitis tibial, obligando al corredor o corredora a descansar por periodos largos, pero muy recomendados. La lesión se hace mas severa cuando es evidente una fisura o fractura de stress.

La mayoría de los síntomas son: dolor, hinchazón en la parte exterior e interior de la tibia, al incrementarse el ejercicio. La periostitis es mas usual que se presente en el sexo femenino. Este tipo de fractura por strees no provoca que se rompa totalmente el hueso por lo general.

Normalmente para diagnósticar una fractura por strees es más recomendable una resonancia magnética que una radigrafía normal que solo tiene una sensibilidad del 15%. La resonancia magnética te da mayor información que indica a detalle la causa de la lesión.

La periostitis tibial es una de las facturas que son motivo de preocupación dentro de la comunidad de corredores, no por lo terrible de la lesión, si no por lo recurrente que esta puede ser.

Para poder terminar con la periostitis tibial, es recomendable un reposo de entre 6 a 8 semanas para poder cicatrizar la lesión; lo que progresivamente hará que se pueda reactivar la actividad física sin aumentar la fuerza de los impactos. Al llegar a este punto es relevante comentar que se debe disminuir el peso al correr por lo que la fuerza de reacción será menor, siendo importante incrementar la fuerza de la musculatura local, como el tibial anterior, los músculos peroneos y los gemelos. Esto hará que la musculatura obtenga mayor soporte en las vibraciones derivadas del entrenamiento o competencia.

A la vez es importante realizarse un adecuada examen de exploración biomecánica para atender las posibles desalineaciones corporales y movimientos anormales que deben ser detectados y tratados. Recientes estudios muestran que el exceso de pronación es un factor de riesgo para el desarrollo de periostitis tibial.

 

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