TURIA PITT: HISTORIA DE SUPERACIÓN

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Turia Pitt, en septiembre de 2011, quedo atrapada en medio de un incendio en el oeste de Australia durante la realización de un ultramaratón, sufriendo graves  quemaduras en el 65% de su cuerpo.

Estuvo un mes en coma, perdió la capacidad de utilizar siete dedos y pasó más de seis meses haciendo una dura rehabilitación en el hospital.

Pero cuando un médico le dijo que nunca iba a poder volver a correr, pensó. «¿Ah sí? Ya te voy mostrar. Un día haré un Ironman», le contó ella a BBC Mundo.

«Mi madre y mi pareja Michael venían al hospital cada día, me sacaban de la cama y me ponían a caminar por los pasillos del hospital, diciéndome: ‘Vamos Turia, es momento para entrenarte para tu Ironman».

Cinco años y más de 200 operaciones después, Pitt logró hacer lo que se propuso: en mayo terminó el Ironman de Port Macquarie, en Australia.

«Cruzar esa línea de final casi cinco años después (del incendio) fue increíble, algo que nunca olvidaré», explica.

Y hace poco Pitt logró una hazaña todavía mayor, al estar presente en el Campeonato Mundial de IRONMAN en Kona, Hawaii y terminarlo en un crono de 14 horas, 37 minutos y 30 segundos. La triatleta completó los 3,8 kilómetros de la prueba de natación, los 180 kilómetros de bicicleta y el maratón de 42,2 kilómetros el pasado 9 de octubre.

864 días en el hospital

«Soy la prueba de que somos capaces de más de lo que nunca pudimos imaginar», dice. La atleta completó la carrera utilizando ropa personalizada y palancas de freno en su bicicleta para poder circular a pesar de las heridas graves de sus manos.

«Debido a mis quemaduras no puedo regular mi propia temperatura corporal, así que tuve que hacer ajustes, o utilizar los instrumentos del triatlón de formas distintas», afirma Pitt.

Tras su encuentro con el fuego, Pitt pasó 864 días en el hospital. «Fue bastante dramático. Pasé de pesar 65 kilos y ser una mujer activa y sana, a pesar unos frágiles 45 kilos».

A los 24 años tuvo que volver a aprender a sentarse en la cama, a pararse, a caminar, a abrir y cerrar su boca. A hablar. La principal lección que aprendió, dice, es que la fortaleza no es solo una cuestión de músculos. «Lo que cuenta es lo que hay entre tus orejas».

Ahora se entrena unas 24 horas a la semana: corre, nada y monta en bicicleta, además de entrenarse en velocidad y subir cuestas. «Todo se basa en la consistencia, hacerlo todos los días y tomar pequeños pasos hacia ese pequeño objetivo que funciona».

«También sé cuán importante es escuchar a tu cuerpo y tener un plan para los días en que tu cuerpo necesita descansar más que entrenarse, o cuándo hay que empujarlo aunque tu mente te pida parar».

Turia y su pareja viven en una comunidad costera. Ella ocupa el tiempo en entrenar, hacer yoga, estudiar para una maestría y viajar por el mundo dando charlas motivacionales.

Aquí en donde sabemos que todos y cada uno de nosotros tiene una verdadera misión en este planeta, gran motivación para seguir entrenando, compitiendo y superándose así mismo todos los días, nada te detiene.

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